sábado, 29 de noviembre de 2014

Origami



Empiezo o acabo,
con el Enola Gay en la cabeza.
Con la primera grulla
remontando por los pies.


M.H.Pindado

lunes, 13 de octubre de 2014

29 de septiembre


Otro septiembre se acerca
a su final.
Harto de desprenderme del abrigo
cuando tirita el sol,
ya no me siento capaz
de,con grajos en los pies,
fingir de ahora en adelante
ni un solo verano más.


M.H.Pindado

viernes, 26 de septiembre de 2014

De vuelta a la rutina

De vuelta a la rutina
despierto y como cada noche
despunta el sol a contraluz.
El color afónico
de hablar en blanco y negro.

Me fío aún de los señuelos,
nunca he sido capaz de conjugar
más que en subjuntivo los verbos.
Ellos dicen que si esto que si aquello,
que la vida pasa rápido
y a mí me faltan horas
para matar al tiempo.

No sé por qué sigo bebiendo el mismo agua,
si no le encuentro sabor.


                   M.H.Pindado.

viernes, 18 de julio de 2014

Chanson d'été



El sol cayó a la hoguera
y antes de que venga septiembre
y sus rescoldos
desempolvas los cuadernos de caligrafía.

Que más da,
no consigo enderezarme.
Me traspapelo
y tú que no renuncias a rimar
folios y folios en blanco.

Escribo un crespón
en cada vocal,
en cada consonante...

Intentas reanimar estos versos,
no desistes.
Te empeñas en recitar
las eses finales de esta chanson
que ni siquiera yo
me atrevo a leer en voz baja.

M.H.Pindado

domingo, 25 de mayo de 2014

En busca del tiempo perdido.


«el más breve retoño demuestra
que en realidad no hay muerte»
                    Walt Whitman


También el sol arde en escalofríos
también el sol...
¡Rebobina!
Por favor, rebobina...

En cabriolas se desmayan
tus recuerdos
sobre mi sien como una ruleta rusa
y crepitan bajo mis pies
esos ocres enjambres
de tres otoños.

Tu cuerpo es
como una espantada de alondras,
en tus cabellos
los vientos del sur desfallecen,
hoy se cerraron los huesos
no hay por donde crecer.

Trasegar esquejes de tus fotografías,
exiliarme en el olvido de tu ausencia
sin la menor suerte
y ladearme.

Sin ti pero con este dolor fantasma
sin ti parece que mis labios se consumieran
y que mis besos fueran naftalina.

Te fuiste
pero entorné mi pecho
para que vuelvas,
mis manos se llenaron de nervaduras
con versos de elegías
y aquel tren silbando adioses
me cruzó la frente.

He soltado los perros del arrepentimiento.
Como un cobarde retrocedí
en el umbral de tu piel,
ya jamás seré el sereno que vela
noches con un quinqué
en tus ojos negros.

De ortiga es tu sonrisa
y dicen, pobres ilusos,
que sino respiras no pica.

Agoniza malvas mi corazón
y no llorará su arrebol tu boca
en el ocaso de la mía.

¡Rebobina! ¡rebobina ya!
Que tengo las manos frías...


M.H.Pindado

La Diáspora


El tiempo sin ti no borra
y hace tachones en el calendario.
El cielo duerme a la intemperie,
el dinero se declara insolvente,
lo inerte también muere.

He visto a la tolerancia porfiar
con la vergüenza más presumida
y casi acabar a golpes,
y a la verdad mentir de manera compulsiva.

No fui yo quien aconsejó correr riesgos
a la prudencia,
no sé ni cuándo ni cómo
resolvieron las ecuaciones de la intuición,
ni ante qué idiota 
la ignorancia se bajó los pantalones.

Soy al que el café le adormece
el que en preguntas retóricas
busca respuestas.
Al que desde hace no mucho
hasta lo inocuo le duele.

 Ahora es tan obvio saber
que al apagarse la luz
los ojos se abren...
que en este laberinto
sea más probable
regresar a la entrada
que lograr encontrar la salida...

Pero dime,
cuando te fuiste
solo me quedó mi mitad nómada.
¿Qué haré cuando se marche a buscarte?


                                        M.H.Pindado

sábado, 19 de abril de 2014

El Gambito



La fe ha dejado de creer,
los indigentes no hacen más que recibir
mucho desdén en las limosnas,
y los hiatos forman diptongos
con el fin de separar su otra mitad.
Compra el recuerdo
souvenirs para el olvido
y los mercaderes nos venden carencias
a granel.

A veces le da por pensar al instinto,
tumbado la siesta en su sofá,
qué nos hizo tan salvajemente domésticos
y quién nos tendió la encerrona
de dejarnos salir.

Si un día nos miramos en espejos opacos,
y lo perenne empieza a caducar...
no nos quedará más remedio,
si queremos dar jaque,
que sacrificar al rey.

Así como quien vela las horas muertas,
como un payaso que se consuela
con la risa que provoca su llanto,
como las paradojas
que insisten en encontrar significado,
puse una coma a este punto y final.


                        Miguel Hernández Pindado

martes, 15 de abril de 2014

El Castigo del Baobab


" La muerte está tan segura de su victoria, que nos da toda una vida de ventaja"
Anónimo

Abre el periódico y con las gafas de cerca empieza a apartar la mirada de sí mismo. Ya es hora, piensa, de que las brújulas pierdan el norte, de que el deshielo deje helado al invierno, de aterrizar en las nubes, de dejar de dar rodeos en los atajos.
Es hora de empezar a tumbar los muros con caricias a prometer solo lo que ya hemos cumplido, a dar cuerda a los relojes para que ahorquen el tiempo.
Impidamos que nos roben a puñados bolsillos vacíos, basta de buscar abrigo en los páramos, no más plegarias de pie a dioses que blasfeman de rodillas.
Vamos a apoyar la vida hasta morir de sed.  

Miguel Hernández Pindado.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Cuatro Postes



 Ahora te despides con dos besos,
uno por mejilla y sin remite.
Dime, cielo,
¿qué barruntas,
que parece que no escampas?
Sabes que la piel es
de carne y hueso
y los recuerdos no son más que obituarios.

En el humilladero de mis ojos
echas la vista atrás
y sacudes las sandalias.
No sé si podré limpiar
tanto polvo con mis lágrimas.

Cada quince de octubre
se repiten adioses enclaves de un no te marches
y otros que disparan con alevosía.
Adioses que son en los labios portazo
pero dejan el corazón entreabierto;
y hasta mañanas con insomnio
que rondan toda la noche en tu cabeza.

Hay adioses incrédulos
que rezan para que vuelvas
y hasta prontos tan cercanos
que llegan demasiado tarde.

Hoy como cada quince de octubre
se avivan en mi cabeza
las hogueras de junio.


M.H.Pindado

jueves, 20 de marzo de 2014

Yesterday

En la barra del bar de mi nostalgia
he visto al futuro
bajar por mi garganta.
Es verdad que ayuda
a pasar la carraspera del pasado.

Soledad, la camarera, despacha las horas
sin hielos y muy despacio.
El ayer da vueltas
a treinta y tres revoluciones.
Todavía puedo escucharlo
tras el último acorde.

Mientras, mesas y taburetes se vacían,
y en mi cabeza solo permanece Soledad.
Dos de la mañana,
me quedo sorprendido
cuando se decide a hablarme.
Con la bayeta en la mano,
escurre sus dudas
y me sugiere un trato:

¿Qué tal la última
a cambio de un beso?

Tímida y triste
hija de minero,
tenía los ojos negros en hulla
y los besos como el grisú.

Yendo hacia la puerta
descolgué un hasta mañana

Sin saber cómo
me encontré tumbado en la cama.
Zozobraba como barco a la deriva,
cuando sin percatarme,
 naufragué en el sueño.

Entonces, la bofetada del despertador,
y el sol
humedeciendo las legañas.

Había vuelto a amanecer
a orillas de la melancolía
arrastrado por la resaca del recuerdo.

No quedaba más remedio
así que esa noche
volví a visitar a Soledad.


Autor: Miguel Hernández Pindado

lunes, 10 de marzo de 2014

Sueños



Hoy he ido al estanco
a comprar papel de metáfora y sueños para liar.
Se han consumido en mi boca
poco a poco, muy despacio
y como el humo han huido y ya no volverán.
Me han engañado,
me han vendido
por sueños, alquitrán, por esperanza, nicotina.
Juré dejar de fumar,
pero esta adicción,
la rutina,a cada hora me obliga
a pisotear un cigarro.
Tengo veintitrés años,
y los ojos colmados de pavesas.


Miguel Hernández Pindado

domingo, 26 de enero de 2014

El pan de cada día



Rebusca el actor mierda
en la basura de la vida.
Aún no ha encontrado su papel.

                    Miguel Hernández Pindado